Frustrada ...

Elena estaba sentada viendo la pantalla del televisor que acababa de prender, estaba molesta, sentía su cuerpo arder, Elena había visto a René en una fiesta y simplemente le encantaba, tenía algo que la hacía pensar en fantasías muy exóticas con él, lo observaba y ella sabía que existía ese deseo de él también pero sencillamente René no daba el paso y lo que se volvía algo más que obvio es que jamás iba a pasar, Elena no quería pasar otra noche tocando su cuerpo a placer en ausencia de René, se recostó en su cama y decidió que era la última noche que fantaseaba con él y así Elena soñó con todo lo que le hubiera gustado hacer con René, pensando en como se sentirían sus manos en su cuerpo, sus labios en su cuello, sentirlo arrancar su ropa interior y lo más importante en tenerlo adentro de ella o comiendo de ella, verlo entre sus piernas entre sus senos y ver su blanca esperma saltar en su abdomen, al final de la noche Elena se quedó dormida sabiendo que René solo estaría en sus fantasías y no entre sus piernas. 

Con amor y en contra de todos los Renés 

La chica del aparador