lunes, 4 de junio de 2012

El mensaje

Patricia se sube al camión, con una rápida mirada ubica un lugar al fondo. Cuando se sienta, respira; ha sido un día cansado. Es bajita pero con un gran trasero enfundado en unos shorts de mezclilla, ajustados; sus pechos no corresponden con su complexión y resaltan de su cuerpo. Patricia tendrá unos 40 años, pero luce jovial, arreglada; ha teñido su pelo y viste ropa moderna, aunque el maquillaje no puede ocultar las arrugas en su cara. De una gran bolsa que lleva en su hombro saca apresurada su celular. Lee varias veces un mensaje del Señor Ortiz; sonríe mientras lo hace. Responder, elige. “Lo q + me gusta de mi cuerpo es mi piel, y mis pechos cuando estaba joven jijijiji ¿q t gusta a ti?”, escribe. “Me gustaría q me tocaras”, continúa. Patricia está mojada, y empuja su bolsa sobre su vientre para sentir la misma presión que sentiría sobre su sexo si el Señor Ortiz estuviera ahí. Enviar, elige. Guarda el celular entre sus manos esperando respuesta. Mira a su alrededor adivinando las miradas del resto de los pasajeros; todos están distraídos, y miran a otro lado; Patricia pasa su mano sobre el short; lo siente caliente, a punto de explotar. El celular timbra, y Patricia lo revisa interrumpiendo el sonido que aún no termina. Su sonrisa es aún más grande; Patricia se moja un poco más.

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