Se encuentra usted en una fiesta, harto de cerveza en las venas o del licor de su preferencia ente las distintas caras y sonrisas una lo hace reflexionar, ese chico o chica que hace que los poros de la piel resuenen, en ese instante se recorre con la mirada la abertura de la camisa que deja ver la piel dorada que queremos tocar, sentir y morder, las manos sudan ansiosas, se convierte en una ligera obsesión de borracho tocarle por primera vez o peor aún tocarle de nuevo, solo tocar su cuerpo, recorrer su espalda, sentir el rose de su piel en la cintura, se lo piensa tanto que termina embriagando de pensamientos deliciosos, cuando ya se está inserto en el deseo se da cuenta que esa persona ya se fue, no es necesario o obvio decir que esa noche usted dormirá solo con sus ganas de tener el sexo maravilloso que acaba de tener en su mente y en la fiesta resuena la siguiente canción ...
A la que sigue vayan y consigan esa piel ...
Con amor
La chica del aparador
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